El Castillo de Harburg es una de las joyas de la Ruta Romántica de Alemania. Este castillo, maravillosamente conservado, se encuentra en una colina y se alza imponentemente sobre la ciudad que lleva su nombre. No está claro cuándo se construyó la primera estructura, pero el castillo es mencionado por primera vez en un documento del año 1150. Harburg fue construido por los antiguos emperadores alemanes de la dinastía Hohenstaufen en los siglos XI o XII.
El Castillo de Harburg, construido por los antiguos emperadores Hohenstaufen en los siglos XI o XII, es considerado una de las fortificaciones más antiguas de Alemania
Gracias a su posición estratégica, fue un bastión militar durante el reinado de los reyes Hohenstaufen desde 1079 hasta 1272. En documentos del siglo XII, se menciona como el Castillo Imperial de los Hohenstaufen. A finales del siglo XIII, el castillo fue entregado en prenda a condes y luego a príncipes de Oettingen, quienes lo convirtieron en una de las fortalezas más poderosas de la región en las décadas siguientes.
Los historiadores creen que algunas partes del castillo podrían haber sido construidas en los siglos X y XI sobre los restos de antiguas estructuras romanas. Hoy en día, el complejo incluye el edificio del castillo, una capilla, un callejón de guardias, una prisión, mazmorras y un patio interior con un pozo
Vale la pena destacar que Harburg ha sobrevivido a numerosos asedios, batallas y guerras a lo largo de los siglos. Ha servido como residencia residencial y gubernamental, donde recibieron a altos funcionarios y celebridades.
Se dice que el rey del pop, Michael Jackson, llamó a Harburg el «castillo de sus sueños» e incluso intentó comprarlo, pero sin éxito
La principal atracción del Castillo de Harburg es la llamada «Torre de los Ladrones» con su auténtica cámara de torturas. También se encuentra un granero medieval interesante y bien conservado. En el interior, se puede apreciar una colección de pinturas reunidas por los propietarios del castillo, así como una colección de armas de caza y trofeos. Otra atracción local es el pozo, ¡cuya profundidad en la Edad Media alcanzaba los 129 metros! En aquellos tiempos, a los habitantes de la fortaleza les llevaba casi una hora obtener agua.
El castillo, que ha pertenecido a la familia de los condes de Oettingen-Wallerstein desde 1295, sigue siendo su propiedad hoy en día. Está abierto a los visitantes solo durante siete meses, desde abril hasta octubre.